14 de noviembre de 2008

Guilty



Necesito un viaje, un tiempo a solas, poner distancia. No puedo, tengo obligaciones. Los días me pesan, la convivencia. Creo estarme convirtiendo en lo que siempre odié, quizás es solo que me amargo cada vez más. Lo único que me mantiene es estar en el taller, me obliga a levantarme en las mañanas y disfrutar ese tiempo para mí. Luego viene la rutina aplastante de las tardes. La montaña rusa diaria, el azar anímico.

Me siento culpable de estar cansada, de querer largarme y dejarlo todo. De haber deseado que un camión me aplastara hoy por la mañana y ya acabar esta chingadera de vida. Pero nada de ''error de cálculo, quedaste vegetal'' no, golpe certero y se acabó.

Y necesito dinero y no puedo trabajar, no puedo alejarme de la casa tanto tiempo, pero tampoco puedo hacer mucho por mi situación con lo de la facultad mientras no tenga lana. Entonces ni para atrás ni para adelante. Como siempre, quédate donde estás porque no hay para donde.
Ahora ni el viaje decembrino a oaxaca me emociona, la verdad bien podría no ir. La situación sería la misma aún estando en al otro lado del mundo.

No hay comentarios: