28 de diciembre de 2008

Sobre el primer hombre, la densidad y los fantasmas

Tengo una semana sintiendo que vivo en domigo, que los cinco días fueron el más largo fin de semana de todo el año. Mis actividades se han reducido totalmente, casi no he salido de mi casa, como lo deseé en un post anterior. Pero también ha resultado contraproducente: mi tolerancia a otros seres humanos es mínima (peor que antes), había olvidado que afuera hay un mundo apestoso e iluminado como pollería, donde rematan cadáveres de pinos a 30 pesos.
Eso sin contar que en esta casa hay un caballo en la escalera, adoramos a Matilda Burgos y nunca barremos debajo de la cama.
Sufro de dolores de cabeza más intensos y continuos que nunca, desde hace unas semanas. Para mí anochece alrededor de las 6am y despierto después del medio día. Me enajeno con televisión mala, atmósferas densas de muertes frescas, fantasmas de inviernos anteriores que se instalaron en mi cama y se niegan a irse. Y esta pinche necesidad de saber, de mirar de nuevo, de aventurarme de nuevo y no animarme. El querer y no poder, el acobardarme y permanecer inmóvil esperando que se acabe todo.
pd.- Y la cucaracha publica libros, el mundo está al revés.

1 comentario:

headbangirl dijo...

Chale me pasa igual... Siento los días como domingos (y no es precisamente mi día favorito) a los dos días de hueva continúa me llega el hartazgo y las ganas de irme a trabajar. Hagame usted el fabron cabror!