21 de mayo de 2009

Anomalía

El lunes hablaba con alguien a quien conozco desde hace un año, pero con el que nunca había cruzado mas que un saludo y a veces ni eso, porque la neta me daba hueva. Es de esas personas que en su afán de hacerse notar ante los demás, nunca mantiene la boca cerrada. Habla, interrumpe, opina cuando nadie desea saber lo que le pasa por la cabeza.
Estaba yo muy feliz fumándome un cigarro en la única sombra que encontré, cuando fue y se paró junto a mí. Algo dijo sobre el sol, el clima o no sé qué diablos y se instaló, cual garrapata. Pensé en alejarme con cualquier excusa, pero luego dije ni madres, yo llegué primero. Total, era cuestión de tiempo para que con mi encantadora personalidad, el mismo se fuera por donde llegó.
Error, el hombrecillo comenzó a hablar cual merolico y luego de un rato fingiendo que le ponía atención, le puse atención en verdad y me di cuenta que decía algo cuerdo!
Hablaba de que quería vivir de pintar, como yo quiero vivir de dibujar, de pintar, del grabado...vaya, algo concuerda. También de la presión de que consigas un trabajo con horario de oficina, frente a una computadora, vistiendo decentemente y todo el paquete.
Ahi fue cuando abri la boca y confesé que yo también quería una vida anormal, pintando todo el día (en realidad toda la noche), viajar, aprender técnicas, sin tener problemas económicos.
Después de todo tenemos algo en común el merolico y yo.
Lo mejor de toda la plática fue cuando era tiempo de volver al salón a seguir dibujando jaja

2 comentarios:

The Lizard dijo...

yo kisiera una vida anormal pero muchas veces para sobrevivir se prostituye uno ante un buen sueldo.

Club Atletico Klandestino dijo...

espacios comunes se encuentran a veces con bichos raros, pero no se deje sorprender, sigue siendo el mismo gusano.