7 de septiembre de 2009

Nociva, insomne y alucinada I

Es lunes ya y en unas horas debo despertarme (en caso estar dormida) pero la verdad es que mi disposición a hacer lo debido en estos días está ausente, se fue de vacaciones y creo que piensa estar así por tiempo indefinido. Hay tantas cosas que sigo postergando y que cada vez me parecen más improbables de realizar. Tengo una visita pendiente a la facultad del inferno y no tengo la más mínima intención de aparecerme por ahí. Una más a rectoría, muchas solicitudes que llenar y curriculums que enviar (una vez más) para conseguir empleo. Buscar becas, apoyos, mecenas, concursos, algo que me de para vivir y solventar mis gastos, una justificación a mi estancia en casa, de mantenida y como claro ejemplo de mala hija de familia disque licenciada pero sin trabajo. Nada más porque no me interesa ser maestra, ni vendedora, ni trabajar en el IMSS como muchos en la familia. Mi carrerita como letrosa no me está llevando a ningún lado y francamente ya no sé a donde carajos pensé que me iba a llevar en un primer momento, cuando la elegí. La verdad es que nunca hice los contactos de rigor en ése mundillo turbio de las letras locales, nunca he tenido la confianza necesaria en lo que escribo como para venderme a mí misma como 'la escritora'. Las únicas personas que conocí directamente fueron mis maestros y aún así, no tuve la mejor relación. Algunas de mis conocidas sí supieron adentrarse en estos círculos, un par de ellas desde temprana edad. Pero por regla general, los egresados de letras que conozco trabajan en todo menos en cosas que tengan que ver directamente con la carrera: la docencia, perdón pero no es lo mío, no me interesa, empleadas de librerías, telemarketing (con lo que me gusta hablar por teléfono...), hasta demostradoras de productos en supermercados.

¿Qué se supone que me toca hacer a mí? ... ya estoy vieja para este tipo de crisis

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