Soy la promesa de un: Te amaré, hasta el fin de los tiempos -con música de fondo- que sólo duró unos años. Si ésa es la historia que me precede, de qué me extraño.
Ya nada debería sorprenderme, pero es un viejo vicio y no puedo dejarlo. Sigo esperando mi turno en la fila de la fortuna, sigo creyendo y en eso radica el error. Las ganas se acaban, estoy confiando en eso. Las de escribir se me están terminando, quise hacerlo bien y no lo logré. Las de pintar se resisten, estamos en lucha. Las ganas de ti, bueno esas ahí van.