Estabas tan vulnerable hoy que me dio miedo. Siempre me ha incomodado que alguien llore, no sé qué hacer. Suelo quedarme quieta hasta que, con movimientos torpes, toco el hombro de la persona. Hoy no lo hice.
Tus ojos enrojecidos, la manera repentina de quebrarte por un recuerdo, la emoción en la voz casi inaudible y mi rigidez.
Eras tú, esa es la razón. Siempre sereno y ahora...
Es el tiempo implacable y mis miedos creciendo a la par.
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