18 de diciembre de 2010


Hoy hablaba con alguien sobre que me quedé sola. Las personas que más he querido siempre se van. Luego me aferro a su recuerdo y lo mantengo hasta que siento que me están haciendo daño y trato de olvidar. Eventualmente  vuelven de alguna manera, pero nunca como entonces.

Ahora es cuando más he resentido las ausencias. Quién iba a pensar que me volvería una nostálgica sin remedio.  Aquí estoy, otra vez sintiendo que tengo mil años y que a la muerte no se le ven ganas de llegar por mi.

S me dijo algo que no supe cómo contestar. Ella hablaba de aprovechar la ocasión para regresarle a una amiga el mismo comentario frío que ella le hizo antes. Le dije que mejor no lo hiciera, que por eso no teníamos amigos. ¿Y para qué te han servido tus amigas hasta ahora? me dijo.  Ni las ves, ni te buscan, igual que a mi.
Amargura familiar, quizás. Mala suerte. Resultado de nuestro carácter. No lo  sé, pero algo debe haber de cierto  porque casi siempre estamos solas.


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