Sólo es cuestión de recibir un primer estímulo que toque la fibra adecuada para que se desate una descarga interna. Un aroma, una imagen, el fragmento de una canción, una palabra de la lengua de mi abuela: zapoteco.
Nostalgia de un pasado que no me tocó vivir. Memoria de na' Tina, heredada a través de su sangre. Son sus raíces las que siguen arraigadas a la tierra juchiteca y no las mías, pero a través de las múltiples historias que me compartió desde la primera vez que viajé, cuando niña; he aprendido a amarla, conocerla y apropiarmela. Es la tierra de mi abuela, de mi padre, la mía propia. El lugar a donde realmente siento que pertenezco y al que ansio volver siempre. Dónde encontré a una familia monumental a la que no conocía y que me adoptó inmediatamente: nieta, sobrina, tía, prima, hija.. Melissa multiplicada en el Istmo oaxaqueño, feliz...
sí, feliz y sin la carga sarcástica con que escribo esa palabra normalmente.
El lugar que me hace feliz y que recientemente se ha tornado agridulce al pronunciar su nombre: Oaxaca..
4 comentarios:
es lindo y deja la palabra NOSTALGIA en la cabeza. Además de que las lagrimas brotan por la perdida del paraiso. Ya entiendo a Adan y Eva y el llanto del "Pueblo de dios" y los inmigrantes
creo que en menor medida lo vivi con mi abuela paterna, sólo que en mi caso ese paraiso esta en el mismo estado y 15 minutos de mi casa.
me gusto su blog oiga... aunque...tengo miedoooo...tengo miedo... bonita semana!...
chale con oaxaca, cuando sea valiente volvere a ir. oaxaca se llevo mi emez y no quiero encontrarmela por ahi... tengo miedo...
anonimo: tiene solo lo que se vive, si lo vives como es, se queda, si no solo es un lugar mas, vivirlo es sentir, olor y sensación, vivir el sabor del ambiente y probarlo hacerlo suyo es apropiarse y nacer ahi...
lleveme o Oaxaca, a mediados e año, a comer mole tomar mezcal y conocer una playa en verano, vamnos, vamos, vamos
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