17 de febrero de 2008

T.O.C.

Estaba pasmada ante la noticia de su boda. Siempre temí que sucediera, me atormentaba la idea y prefería pensar que era poco probable, casi imposible. Pero el momento llegó, los ojos bien abiertos, leyendo una y otra vez esas palabras ''se casó''.
Primero incredulidad, luego el dolor de saber que algo acababa de morirse. Era pasado, su pasado y ahora el presente le sonreía en la cama de ambos.
Enfurecida tiré sus cosas, lo rompí todo y lloré un par de días. Obsesivamente releía aquellas dos palabras ''se casó''. Las escuchaba en mi cabeza, se repetían una y otra vez. Empiezo a enloquecer, esto es enfermizo.
Luego, la obsesión fué cediendo lentamente. La herida seguía ahí, pero sanaba gracias a un creciente deseo, a un transformado sentimiento que le devolvía el sentido a mi vida.
La ilusión vuelta ira. Me voy a vengar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dan ganas de vengarse, curiosamente me sucedió lo mismo a principios de mes, el dis que amor de mi vida se casará, lo peor del caso es que pensé que yo lo iba a hacer primero que él, pero me sorpredió con la noticia, ni modo son cosas de la vida, de hecho me dieron ganas de matarlo, por la cuestión de los discursos baratos y falsos.

Saludines, no eres la única.