26 de febrero de 2009

Literatura de viaje



Unos ojos asimétricos, nada más eso tengo para mostrar y esta breve linea para escribir.




Yo también quiero un viaje para reencontrarme, creo que me dejé olvidada en alguna carretera sinuosa en el sur del país. Debe haber sido cuando viajábamos en el datsun de mi abuelo, de camino al Istmo.


Creo que ya di lo que iba a dar, creo que desde hace unos años estoy en el mismo sitio caminando en círculos y cierro los ojos para no darme cuenta. ¿Esto es todo lo que hay? Si es así, que simplona vida. ¿Ahora qué?

Cuando era niña pensaba en lo lejos que se veía el terminar un carrera wow! bla... creo que me olvidé de planear el resto de mi vida. Porque quiero pensar que existe algo más que esta pinche rutina aplastante e insípida. Pero, sin ofender, a la gente que conozco no les va mejor. Digamos que sus rutinas son diferentes pero al fin rutinas. Amigos inconformes con su vida, con sus trabajos o su falta de trabajo, algunos otros lidiando con su prole.

Y si a eso se reducen las opciones, pues no me convencen. Quiero más, debe haber otra cosa.

Por lo pronto su viaje me emociona, aunque de lejos alucino ser acompañante en un proceso de catarsis que tanta falta le hace en este momento.

Estaré ahi, no hay duda.

2 comentarios:

The Lizard dijo...

pues se antoja mucho un viaje asi ..como para rencontrarse con uno mismo ..

Club Atletico Klandestino dijo...

puedes resistir a esos embates del estereotipo social vinculado con la edad, eso hago yo.

aunque un viaje siempre esta chingon