Por todos esos días miseria --como el de hoy-- que me esperan durante este mes. Días de 72 horas, densos como los domingos y enloquecedores como nunca, como siempre.
Debo seguir, tengo que seguir, voy a seguir. Que no se confunda con un patrón obsesivo, es simplemente la convicción de un deber moral: ser más fuerte, ser constante, ser... o al menos aparentar serlo.
Por que no se trata ya de mí, eso quedó de lado. Es ella y por ella vale la pena. Por que no voy a cometer el mismo error una vez más.
A mitigar el dolor con pastillitas verdes, un placebo diario y la sonrisita. Que aquí no ha pasado nada, que todo va a estar bien. ¿No ves lo bien que estoy yo?
2 comentarios:
la mascara de no pasa nada y soy feliz a todos nos sale tambien pero cuando esta cae lo bueno que no hay nadie cerca .
DEsfile de antifaces :(
por eso los cínicos tienen su buen charme!
un besaso caguamera
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