30 de mayo de 2010

Lo intenté




Como siempre huí, me tragué las ganas y escondí la cabeza. Por que, ante sus palabras, las mías no tenían sentido. Sonaban pueriles como todo lo que tengo para ofrecer. Lo siento. 

Había decidido vencer ese miedo, estaba planeado ya. Calculé el tiempo y...
   luego nada, guardé mi voz  y las buenas intenciones. Una cosa más a la lista del:  no me atreví. (ya no tenía sentido)

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