23 de junio de 2010

En caída libre

Un viejo mail de  N  tenía por título: Un perro cayó en un pozo muy hondo. Nada mejor para describir este momento. Cuando lo recibí pensé en un chantaje luego de nuestra historia y el distanciamiento. Ahora, la frase me persigue. Un mal karma del pasado en palabras de quién menos lo esperaba. De él, luego de tanto y de no quedar nada. 
El contenido era también patético, como el presente. La vida le salía mal y me buscaba a mí. Irónico, a mí.  Luego de ser la causa de sus problemas,  tiempo después buscaba en mí la solución.

Recuerdo haberle mentido cínicamente, hablándole de mi presente feliz y un amor pleno que aún no se concretaba. Motivada por sus palabras, las que detonaron el conflicto y no olvido. Eso alimentaba mi mentira, una vulgar venganza.
Tuvo todavía un último gesto al desearme felicidad, esperando que volviéramos a ser aquellos de la infancia compartida.   Nunca contesté. Él dejó de escribir.

Venir a encontrarme con eso ahora. Justo ahora. Cuando  este perro va en caída libre, sin ver el fondo.