Sueño atrasado, insoportable calor matutino. Otra vez desperté . Es un deber, las semanas de ausencia te obligan. Atravesar la ciudad en automático y con la amargura a cuestas. Por dentro un ardor, mezcla de hambre y descontento. Intentas aplacar la sensación a base de agua y tabaco, nada. Una sonrisa, apenas un leve contacto escondiendo la necesidad de más. Te extrañé.
Más tarde, el caos de siempre. Hora de correr, el tiempo no alcanza. Odio esta parte del viaje. Se derriten los pies a cada paso. Saciar el vacío, apagar el fuego. Rumiar en silencio lo que viene.
Bienvenidos al estado original, el mundo conocido. Andarse de puntitas en el hielo quebradizo y afuera, el infierno. Qué dolor.
Lapso de paz, luego la crisis. Mediar, tratar. Cansada de no saber decir no. Yo también estoy cansada.
El infierno, adentro y afuera. Que ya se acabe el día.
