1 de agosto de 2010

Agosto 1°, un año más tarde.

  

   Si tuviera que darte un reporte sobre los últimos doce meses te diría que las cosas han cambiado mucho. Tu hermana, la mayor, vive sola en casa. Muchas de tus cosas siguen ahí, también algunas de la abuela. Pero en general éso se ha vuelto un lugar oscuro, triste. Tristísimo diría yo. Al principio todos volvíamos, aunque con reservas por lo reciente de tu partida. Ahora, bueno digamos que las visitas se volvieron casos aislados.  Personalmente lo evito, no puedo desligar los espacios de los recuerdos. 

   El deterioro de la casa parece reflejar lo que pasó con nosotros. Sigue en pie pero cada vez con más fisuras y desperfectos.

   Aún está la cama dónde ella cerró los ojos, el clóset lleno de ti, el aroma al café que mi abuelo nos servía a  J  y a mí, los domingos por la mañana.  Todos los fantasmas de nosotros cuando niños.

Pensar que volveré a ella en unas horas no me hace bien.


La casa es muerte,  dolor, ausencia.