Este es el fin.
Porque hoy mágicamente, luego de otra noche sin dormir, compruebo que no tiene sentido. Que de nada sirven las fantasías de madrugada que me hacen sonreír por improbables, las momentos en que todo parece ser como ayer.
Es un sueño. Uno que, de tan dulce, me sonríe. Y yo necesito realidades.
Una despedida sin ganas. Adioses repetidos que de tanto, pierden el sentido.