Tengo ganas de salir y que el frío me golpee la cara. De caminar desde el puente peatonal hasta la escuela. Quedarme sin aire al andar lo más rápido posible rumbo a un salón, mientras fumo. Sentirme cansadísima pero satisfecha de no haber dormido bien en una semana para sacar un ensayo de quince cuartillas. Tener un vacío mental luego de vomitarme en un texto que me costó horas de mal dormir para seguir soñando con el. Leer y leer hasta que las letras perdían todo sentido. Abstraerme y volver cuando era momento de regresar a la hoja en blanco. Montones de libros, hojas en aparente desorden. Tabaco y café frente a la computadora.
Quiero la sensación de alivio al ponerlo en manos del maestro en cuestión y recordar las palabras de R cuando me veía estresadísima en finales, ya no está en tus manos, no puedes hacer más, relájate mientras me ofrecía un café y sus brazos.
Descansar un par de horas con el, para luego volver a casa y seguir con el próximo texto.
Extraño el sentir que todo ese esfuerzo pronto valdría la pena. Creerlo, de verdad.
Me extraño a mí, de lo que fui capaz y lo que logré.
Extraño que mis batallas sean esas, librarlas y disfrutar esos pequeños triunfos. Extraño esa independencia y la presión académica.
Me extraño tanto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario