6 de julio de 2009

Historias de locas


Cuando todavía era tiempo de hacerlo no lo hice. Pasan los años y sigo estancada, me guardé las ganas de buscarte. Ése era el momento, no ahora. De todas formas espero en silencio, como si por arte de magia fueras a aparecer un día a mi puerta. Viéndote como hace años, contando como siempre con que el resto del mundo se detuvo indefinidamente en ésas fechas, como yo. Creyendo que todos están en el mismo sitio que yo. La verdad es que han crecido, obligados muchos pero lo hicieron. Mientras para mí la vida sigue donde mismo, me he negado a crecer, a reconocer que ya no soy ésa. Esperando que esto sea parte de una de esas historias en las que alguien pierde la razón y su mente se queda extraviada, se rehúsa a dejar ese punto, el quiebre en el tiempo donde tenía una estúpida esperanza. Espero ser esa loca y que mi historia le parezca lo suficientemente poética a algún distraído para que la escriba y no sea en balde este ataque patético de ventilar mis debilidades. De otra forma, me queda solamente ser una vieja que coleccione papeles, recuerdos y que viva de ellos.

1 comentario:

Jessica Sosa Echagaray dijo...

oiga! no hay nada de malo en coleccionar memorias!!!
animo, caray, animo!